
Disrupción: El lado oscuro del tsunami
El fuego nos permite calentar una casa o incendiarla. El tsunami tecnológico traerá tecnologías poderosas que nos permitirán crear una era de abundancia. Pero también va a traer desafíos gigantescos como el desempleo estructural, la desigualdad, la pérdida de privacidad, nuevos dilemas legales y éticos e incluso amenazas a nuestra seguridad. Subestimarlos es peligroso.
Soy optimista. Creo que encontraremos la forma de traducir el poder de estas tecnologías en un mundo mejor. Pero probablemente esto no ocurrirá de forma automática y gratuita. Habrá enormes costos de transición y de aprendizaje y el riesgo de un escenario de distopía es real. Pero podemos minimizarlo anticipando los problemas e involucrandonos en la búsqueda de nuevas soluciones.
El primer paso es identificar los principales riesgos de impacto negativo del tsunami:
1. Disrupción de industrias
La revolución digital ya transformó una gran cantidad de industrias. Basta pensar en enciclopedias, diarios, música, fotografía, películas, correo, teléfonos y páginas amarillas. Decenas de empresas que hasta hace poco tiempo atrás parecían fortalezas inexpugnables hoy no existen más. Lo que viene va a ser un cambio mucho más profundo.
Lo que parececen fortalezas se mostrarán apenas como castillos de arena frente a la magnitud del tsunami. Todas las industrias serán transformadas, incluso la demanda de materias primas. Basta pensar el impacto que tendrán los vehículos eléctricos y autónomos sobre la industria automotriz o el impacto de la bioimpresión de carne sobre la demanda de soja (alimento para ganado) o en las impresoras 3D de casas sobre la industria de la construcción. El lado positivo es que tendremos acceso a productos mucho mejores y más baratos que van a mejorar nuestra calidad de vida. El desafío es minimizar el costo social de la transición hacia un nuevo orden económico. Por eso es tán importante que construyamos apostando al capital humano y la innovación.
2. Desempleo estructural y precariedad laboral
El desempleo global, particularmente entre los jóvenes, viene creciendo desde la crisis de 2008 y crea el riesgo de una generación perdida en muchos países. A esto se suma el riesgo de un creciente desempleo tecnológico por la confluencia de la inteligencia artificial, la robótica avanzada y la computación ubícua. Un estudio reciente de Carl Frey y Michael Osborne de la Universidad de Oxford estima que 47% de los empleos de los EUA podrá ser automatizado en los próximos 20 años.
En América Latina, donde casi 50% de los jóvenes de 20 a 24 años no tienen título universitario el impacto puede ser mucho mayor. La preocupación no es nueva. Lo que cambia es que la velocidad del cambio será mucho mayor que en el pasado y que se sustituirán actividades cognitivas que hasta ahora eran exclusivas del ser humano.
Como señalan Andrew McAfee y Erik Brynjolfsson en The Second Machine Age, los impactos comienzan a verse: la recuperación económica después de la crisis de 2008 no está generando empleos en los países desarrollados como en el pasado. ¿Qué está pasando? El debate aún permanece abierto, pero hay señales de que la automatización tiene un papel importante. Por ejemplo, un estudio de la consultora global McKinsey indica que 44% de las empresas que redujeron empleos desde el 2008 lo hizo con automatización.
A esto se suma el crecimiento acelerado de plataformas para contratación de freelancers como ODesk o Workana, que permitirán a jóvenes de la región y del mundo independizarse y servir a clientes internacionales desde sus casas, pero también los pondrá en competencia directa con sus pares de India, China y otros países de bajo costo. Esto puede resultar en una precarización de las relaciones laborales.
3. Una distribución del ingreso aún más concentrada y desigual
El informe de riesgo global de 2013 del World Economic Forum (WEF) destaca la distribución desigual de la riqueza como el principal factor de riesgo para una crisis global en la próxima década. La distribución del ingreso en la mayoría de las economías avanzadas se viene tornando cada año más desigual y las clases medias vienen retrocediendo. Esto se explica en buena medida por el avance de la economía digital y su lógica de “winner takes all” (los ganadores se quedan con todo). Israel, por ejemplo, es una de las economías más innovadoras del mundo, pero también tiene una de las peores distribuciones de ingreso de la OECD.
Al acelerarse la profundización de la economía digital y al aumentar el desempleo tecnológico la tendencia a la concentración del ingreso y la riqueza aumentará. Una mayor desigualdad es grave porque erosiona la cohesión social y la estabilidad de las democracias y trae una serie de problemas sociales como aumento de criminalidad, problemas de salud, etc. Además, esta lógica no sólo se aplica dentro de una sociedad, también aumentarán las disparidades entre países y ciudades.
4. Pérdida de privacidad por la computación ubicua
La privacidad tiene un valor, pero será cada día más difícil preservarlo. Viviremos rodeados por dispositivos electrónicos de todo tipo conectados a internet y pasibles de ser hackeados. Lo que vimos es sólo el comienzo. Hoy ya es posible gravar con un celular a una persona hablando y obtener informaciones instantáneas y confiables sobre sus emociones.
En algunos años podremos ser observados por sensores del tamaño del polvo o nanorobots y ni siquiera lo sabremos. Lo más grave, quizás, será la asimetría de información. Un hacker o un servicio de inteligencia podrán saber todo sobre uno, pero no necesariamente tendremos información sobre quienes nos observan.
5. Los gobiernos tendrán un creciente desafío para cobrar impuestos
A medida que la actividad económica se digitaliza se torna más fácil para empresas como Google y Apple evitar el pagar impuestos aprovechando rendijas fiscales. Un informe del Senado de los EUA encontró, por ejemplo, que Apple sólo pagó 2% de impuestos sobre US$74B de ventas internacionales. No quebraron la ley, aprovecharon una oportunidad abierta por el sistema impositivo irlandés. La UE estima que todos los años pierde US$1.3 billones (millones de millones) por este tipo de esquemas y por evasión ilegal.
Los gobiernos de la OECD ya identificaron el problema y están buscando soluciones, pero no anticipan que la respuesta sea fácil. En Argentina vimos un intento de darle una solución tempestiva al problema en febrero de este año cuando el ente recaudador, AFIP, clausuró sin autorización de la justicia la agencia online de turismo Despegar.com por evasión de impuestos. La acción fue rápidamente revocada por la justicia y el impacto sobre la comunidad de emprendedores fue negativo.
El problema es real e involucra a todos. Escenarios con gobiernos con déficits tienden a derivar en situaciones inestabilidad, climas adversos para las inversiones y dificultades para prestar servicios públicos fundamentales.
6. Poderosas herramientas al alcance de criminales y terroristas
Las tecnologías exponenciales tienen un enorme poder destructivo y estarán al alcance de individuos y pequeños grupos con presupuestos reducidos. El desarrollo de la biología sintética, por ejemplo, facilitará la creación de armas biológicas de destrucción masiva en un garage o la modificación genética de un patógeno de forma que sólo ataque a una persona en particular.
Prevenir el ingreso de armas a aviones será cada día más desafiador por la posibilidad de producir de forma casera armas de cerámica o plástico con impresoras 3D. Un video publicado en YouTube muestra cómo un periodista llegó a pocos metros de Netanyahu con una pistola impresa en 3D sin ser detectado por el riguroso sistema de seguridad que rodea al Primer Ministro de Israel.
De la misma forma, drones con cargas explosivas pueden ser usados de forma anónima y remota para perpetrar ataques terroristas. Ciberataques y virus informáticos pueden tomar un nuevo significado cuando todos nuestros electrodomésticos, nuestros autos e incluso dispositivos médicos instalados en nuestros cuerpos estén conectados a internet. Estos son apenas algunos ejemplos.
7. Falta de adecuación de las instituciones y los sistemas legales
Las tecnologías permitirán abusos aún no contemplados por nuestras instituciones y marcos legales. Tomemos un ejemplo, en 2013 Edward Snowden, un profesional especializado en computación que prestaba servicios para la Central Intelligence Administration (CIA) y para la National Security Agency (NSA) de los EUA, reveló gigantescos programas globales de captura de informaciones (mails, llamadas telefónicas, documentos, etc.) de millones de personas, incluyendo líderes de países aliados como Francia y Alemania. Investigaciones en curso revelaron importantes abusos. Se está trabajando para definir nuevos límites a este tipo de programa, pero encontrar un equilibrio entre estos límites y preservar la seguridad de los ciudadanos no será una tarea fácil.
De la misma forma nuestras instituciones y marcos legales no están preparados para los desafíos del diseño digital de organismos, la defensa de la propiedad intelectual, la educación y la creación de respuestas efectivas al desempleo tecnológico de los próximos años.
8. El aumento de expectativa de vida producirá desafíos demográficos, económicos y sociales para los que no estamos preparados
La expectativa de vida viene aumentando globalmente y eso es una excelente notícia. En 1800 era de entre 30 y 40 años, en 1990 era de 64 años y la Organización Mundial de la Salud estima que será 87 años en 2030. Nuevas tecnologías como la impresión 3D de órganos, nanorobots, terapias genéticas, nuevas medicinas y técnicas avanzadas pueden permitir extender la vida aún más.
Probablemente vivir más de 100 años será común para muchos de nosotros. Esto nos permitirá vivir hasta el momento en que nuevas soluciones nos permitan extender aún más la vida. Por más positivo que esto sea, tenemos desafíos a superar. La población mundial puede aumentar aún más que lo previsto y con ella la demanda de recursos. Los sistemas previsionales no están preparados para soportar la presión de masas crecientes de jubilados. La relación entre generaciones cambiará. La forma en que concebimos la pareja y la família también. Ninguno de estos problemas es insoluble, pero ninguno es trivial.
9. Mayor riesgo de inestabilidad política, económica y geopolítica
Desempleo, desigualdad, problemas fiscales se pueden sumar a la escasez de recursos y eventos naturales generando un mix explosivo. Basta recordar los violentos disturbios de Grecia que sólo fueron contenidos por una fuerte inyección de recursos por parte de la comunidad internacional. Pero este tipo de rescate no siempre será posible.
Muchos países también pueden caer en la tentación del populismo y el riesgo de extremismo, guerras civiles y conflicto social. Vemos ejemplos de esto en Oriente Medio. Además, las tensiones y disputas serán difíciles de administrar en un mundo multipolar en el que países emergentes, como China, buscan un nuevo papel global y regiones desarrolladas como Europa enfrentan desafíos estructurales. La hiper-conectividad de las economías acelera los efectos de contagio y crea tensiones difíciles de administrar sin una gobernanza global como vimos durante y después de la crisis de 2008.
10. Pérdida de control
Otros peligros son más distantes, pero involucran un riesgo a nuestra supervivencia. ¿Qué pasará el día que los sistemas inteligentes superen la inteligencia colectiva de la humanidad y controlen robots armados? ¿Qué desastres ambientales pueden producir los organismos diseñados digitalmente e introducidos a la naturaleza? ¿Qué usos podrán dar personas mal intencionadas a todas estas tecnologías?
Un riesgo por ejemplo es que alguien las use para producir una plaga. Otro riesgo apuntado por Erik Drexler, ingeniero del MIT, en su destacado libro sobre nanotecnología Engines of Creation es que nanorobots se autorepliquen de forma descontrolada reduciendo la bioesfera a polvo en algunos días. Bill Joy, Co-Fundador de Sun Microsistems, consideró estas amenazas tan alarmantes y reales que publicó en 2010 un famoso ensayo en la revista Wired llamado Por qué el futuro no nos necesita, cuya recomendación central fue que abandonemos la investigación en estos campos. Creo que esta opción no es viable, pero la señal de alarma es apropiada y amerita reflexión. En esta línea recientemente Stephen Hawking escribió un artículo alertando sobre la necesidad de analisar los impactos de la inteligencia artificial para capturar sus beneficios minimizando riesgos.
Basta tomar conciencia de los desafíos que traerá este tsunami tecnológico para preguntarse si no estaríamos mejor sin él. Pero detener el avance tecnológico no parece una opción real. Además necesitamos tecnologías exponenciales para traer prosperidad para 9 billones de personas y evitar la destrucción del medio ambiente. Es fundamental que tomemos conciencia de los riesgos y trabajemos con empatía por los más vulnerables y asumiendo la responsabilidad de crear un mundo mejor para prevenirlos y administrarlos.
Fuentes: Wired, Drexler, Reuters, WEF, McKinsey, Oxford, PNAS
